-Adam... -Bonnie entreabre los ojos, atontada.
-¿Hm? -Él no consigue despegarlos, aferrándose a los labios de Bonnie.
-Nada. Da igual.
Él abre del todo los ojos y la mira fijamente.
-Dímelo.
Ella se mira los pies, sin atreverse a mirarle directamente. Pero un ataque de valor la refuerza por dentro, levanta la mirada y pronuncia con claridad y lentitud cada uno de los siguientes fonemas:
-Te quiero.
Algo explota dentro de Adam, adrenalina que le recorre todos las venas de su cuerpo, transportando a todas las células de su cuerpo gramos de felicidad, mensajes de que todo irá bien, sensaciones de la que la vida de verdad merece la pena.
Un impulso le lleva a agacharse levemente para agarrar por las piernas a Bonnie, elevándola para cogerla en brazos mientras la besa con vehemencia.
-Joder Bonnie, yo sí que te quiero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Proyectil de margarita