miércoles, 16 de febrero de 2011

Todos los fonemas.

Bonnie le coge de la mano. La nota temblorosa y caliente. Suben la cuesta juntos, sin mediar palabra. Y de pronto, ella se para. El se detiene por inercia pero no vuelve la cabeza para mirarla. Da igual, ella espera paciente. Y cuando por fin se gira, despacio, renunciando a su orgullo, la ve sonriendo. La inercia vuelve a actuar, él sonríe. Se acercan despacio, mirándose los labios. Sin soltarse de la mano, ella le abraza por el cuello y él pasa su brazo libre alrededor de su cintura. Pegan sus frentes sin mirarse a los ojos, notando de cerca sus respiraciones. Sueltan sus manos para rodearse con ellas también, para sentirse más de cerca, para abrazarse con todo el cuerpo, juntando despacio sus labios, convirtiéndose en una sola persona.
-Adam... -Bonnie entreabre los ojos, atontada.
-¿Hm? -Él no consigue despegarlos, aferrándose a los labios de Bonnie.
-Nada. Da igual.
Él abre del todo los ojos y la mira fijamente.
-Dímelo.
Ella se mira los pies, sin atreverse a mirarle directamente. Pero un ataque de valor la refuerza por dentro, levanta la mirada y pronuncia con claridad y lentitud cada uno de los siguientes fonemas:
-Te quiero.
Algo explota dentro de Adam, adrenalina que le recorre todos las venas de su cuerpo, transportando a todas las células de su cuerpo gramos de felicidad, mensajes de que todo irá bien, sensaciones de la que la vida de verdad merece la pena.
Un impulso le lleva a agacharse levemente para agarrar por las piernas a Bonnie, elevándola para cogerla en brazos mientras la besa con vehemencia.
-Joder Bonnie, yo sí que te quiero.

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